2 jun 2009

Dos flores literarias de mayo (II)


"Y tu lengua será la palabra de la luz y tu palabra,
pincel de flores, palabra de colores
que con tu voz pintará nuevos códices"


Mi segunda flor literaria es Malinalli, o Malintzin, o, como fue universalmente conocida "la Malinche". Sin embargo, aunque se crea popularmente que se le puso este "apodo" por ser la amante de Cortés, es al contrario, a Cortés a quien se conocía como "malinche", por ser, para los indígenas, incapaces de pronunciar la r de su apellido,"el que va con la señora Malinche". Así que el título es un poco hermafrodita y contiene tanto al guerrero y conquistador masculino como a la delicada y cantarina princesa que lo hechizó con su palabra.
Malinalli es otra de esas grandes mujeres y diosa de la palabra (en su caso la oral) que desconocemos "gracias" a la Historia y cuya historia se ha contado hasta la saciedad en múltiples versiones. Sólo hay que asomarse a la impresionante bibliografía existente sobre ella. Como a todas las diosas, lo que el patriarcado ha pretendido eliminar o disfrazar o tergiversar, se olvida ante la fuerza y el vigor de su presencia a lo largo de los siglos. Y es en este siglo 21, cuyos dígitos suman 3, que es el número mágico de la Diosa y expresión de su triple faceta, cuando las diosas renacen con una nueva piel, de serpiente renacida bajo el signo de venus y no de marte porque proclaman el amor y no la guerra, el equilibrio y no la competición, la flor y no la sangre.
Hacía mucho que no leía a Laura Esquivel y empecé con cierto temor a la decepción la lectura de Malinche (Suma de Letras, 2005, una nueva buenaventura porque la fecha de publicación suma 7, también número mágico donde los haya). La verdad es que lo hice más por la tesis que por iniciativa propia. Pero no sólo me ha servido muchísimo para mi trabajo de tesis, sino que Laura me ha inundado de nuevo, como me inundó con su agua para chocolate, que todavía, después de dos décadas de la primera edición y diecisiete años del estreno de la película, aún no me ha dejado secar del todo el corazón.
No voy a decir que Maliche me haya impactado tanto porque mentiría. Tanto se ha escrito sobre la traductora de náhuatl, como amante de Hernán Cortés o como de traidora a su pueblo, que semejante peso muerto influye siempre de alguna manera a cualquier acercamiento.
Pero si te la envuelven en espiritualidad de la Diosa, en respeto y veneración por la palabra de las antepasadas, en re/visión de los dioses que has terminado por despreciar (como Quetzalcoatl) y en un conmovedor viaje interior que termina en el dulce regazo de la Inevitable agua sagrada... cambia mucho la percepción.
Así que, espero que mis palabras sirvan para recuperar tanto a Maliche como a Laura Esquivel para quien la haya perdido o parcialemente olvidado...

2 comentarios:

Lilith dijo...

La malinche, toda una figura en Mexico, aun en el actual, cuando un mexicano siente gusto o preferencia por un extranjero le decimos "malinchista", también se dice en las historias de la malinche que ella le dio su "aguita"(veneno) a la señora de cortes, porque la quizo tratar como criada. Algo que no era tan raro, pues los indígenas tenían muchos conocimientos sobre hierbas.Y las señoras españolas eran durisimas con las indigenas, muchas de ellas princesas.

Algunos en México la relacionan con la famosisima "Llorona".
Algunos dicen que la malinche es la "madre fundadora" o "madre del pueblo" grave error, aquí nadie la considera de esa manera.
La malinche según como la vemos los mexicanos, no es absolutamente mala es mas bien vista como una "puta", pues en el inconsciente colectivo paso a ser solo una amante de Cortez, a lo mas una traductora.
Dicen que a ella le gustaba cuando los españoles decían que las indias olían a limón y las españolas a pescado podrido.

Como dato curioso se dice que cuando los españoles llegaron algunos indígenas ya sabian hablar español, no solo la malinche.

Angie Simonis dijo...

Pues en la versión de Esquivel, es Cortés quien se carga a su mujer...
Pero ¿cómo iban a saber español los indígenas antes de que llegara ninguno?
Me gusta mucho la relación con "la llorona" porque precisamente Esquivel pone mucho énfasis en la relación de Malinalli con el agua. Malinalli nace durante una gran tormenta y bajo la casa doce, la de la resurrección. Y su nombre de bautizo cristiano fue Marina.