20 dic 2008

Angie vuelve por Navidad con casa nueva

He visto que mi último post fue el 12 de octubre, qué barbaridad, no me imaginaba que había pasado tanto tiempo...
He estado muy, pero que muy ocupada. Nos hemos mudado de casa y ahora vivimos en el campo, adiós al bullicio del centro, a los claxons de los impacientes, a los bolingas que escandalizan el sábado noche (o cualquier otra noche), al tráfico, a mis vecinos gitanos de enfrente con su mascota cerdito (se llamaba Fairy y chillaba como un condenado), a los gritos de los vecinos, a los timbrazos equivocados, al estrés urbano (porque el campito tamibén tienes sus estreses, aunque diferentes).
Han sido más de dos meses de curro y más curro, en que hemos hecho de todo: de electricistas, de fontaneras, pintoras, albañilas, carpinteras, chapuceras en domicilio... Pero nos ha quedado una casa preciosa y ha aumentado la familia: mi padre está viviendo con nosotras y su perro, Hans. Así que ahora somos seis, número mágico de la Diosa, dos veces tres, su trinidad Anciana, Madre, Joven.
Por poco me meto también a terrorista, para ponerles una bomba a los de telefónica: un mes y medio esperando internet, dos semanas para que me llegara el router y luego me llega equivocado. Mil disculpas señora Simonis, nuestro empeño es ofrecer el mejor servicio al cliente, en los próximos siete días recibirá su router. Luego el de paquetería se pierde y tarda tres días en traerme el dichoso router. De postre, la conexión wifi no funciona y hemos tenido que comparar doce metros de cable para poder conectarnos.
Mientras tanto me asetean dos compromisos ineludibles, un artículo que hace años tenía que estar ya publicado en un libro sobre género y que de repente hay que dejar listo antes de fin de año y otro con Egales de Barcelona y yo sin poder sentarme ni un momento en el ordenador. Ah, pero hay más... el DEA, que yo pensaba que estaba listo para que lo editaran y resulta que tengo que cambiarle todo el sistema de citas porque la colección usa otras normas de edición. Ciento cincuenta y nueve páginas con citas a tutiplén que hay que cambiar de nuevo. Por poco me da un infarto.
A quien sí estuvo a punto de darle fue a mi papá, que tuve que ingresarlo de urgencias para que le hicieran un cateterismo, se le obstruyeron otras tres arterias del corazón, justo en el puente de la Purísima (cumpleaños de mi madre, cómo la recuerdo en esos días..., cómo sigue doliendo su ausencia) y yo muerta del pánico, demasiado trote, muchas emociones, discusiones por la nueva convivencia, ese estrés que mencionaba... Afortunadamente ya está mejor.
En fin, no me quiero ni acordar.
Al fin estamos instaladas, encantadas y conectadas, justo antes de Navidad. He quedado como una piltrafa, pero aquí estoy de nuevo para seguir dando guerra mujeril.
Besos y abrazos de reencuentro...
Aquí está nuestra nueva casa NUESTRO ALTAR A LA DIOSA

NUESTRO LECHO DE AMOR


RINCONCITO DEL SALÓN


MÁS SALÓN


LA ESCALERA QUE LLEVA AL CIELO


MI MESA DE TRABAJO


LA DE ADRIANA


EL PUIG-CAMPANA DESDE LA TERRAZA

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